Existe una relación inversa entre conocimiento de los derechos de propiedad intelectual y el consumo de piratería y productos falsificados.
Incrementa el conocimiento y el apoyo a los derechos de propiedad intelectual entre los europeos. Esa es la conclusión que ha obtenido un reciente informe del Observatorio de la Oficina de la Propiedad Intelectual de la Unión Europea (EUIPO) sobre el tema. Dicho estudio, denominado “Los Ciudadanos Europeos y la Propiedad Intelectual: Percepción, Concienciación y Conducta” está centrado en el impacto que esto tiene en el control de la piratería y falsificaciones.
En el seno de este estudio, en 2020 se interrogó a más de 25.000 residentes de la UE mayores de 14 años con un cuestionario que ya se aplicó con anterioridad en 2017, aunque con ciertas variaciones. Así, se pudo observar una evolución en el conocimiento y la conducta de los ciudadanos respecto de los derechos de propiedad intelectual. Un 80% de los ciudadanos comprenden este concepto bien o muy bien, frente al 78% del 2017.
Otro dato a resaltar es que ha aumentado de un 10% a un 20% de personas que piensan que la propiedad intelectual beneficia de manera clara tanto a los creadores como a los artistas. También se encontró una reducción tanto en la piratería intencional (del 10% al 8%) como en el uso intencional de productos de carácter falsificado (7% al 5%).
Y destaca un gran aumento en el número de personas que se plantean si los contenidos que consumen son no autorizados e incluso realizan una investigación sobre esto (del 14% al 20%).
Análisis de particularidades
Lo más particular de este informe es la relación inversa que se ha encontrado entre el conocimiento que tiene el usuario sobre los derechos de propiedad intelectual y el número de infracciones que está dispuesto a cometer. Además de la consideración por los ciudadanos de que, a menos piratería y menos compra de productos de carácter falsificado, mayor soporte a la creatividad. Esto se considera importante para los europeos, sobre todo en el campo de los contenidos audiovisuales, periodismo, literatura, deportes y videojuegos.
Igualmente se relaciona a la piratería y a la falsificación con el desempleo, la disminución del trabajo formal, de la salud, de la seguridad y con actividades ilegales como la trata de personas y el trabajo infantil.
No obstante, si hay un sector en el que todavía flaquean los derechos de propiedad intelectual, es entre los jóvenes. Ellos son el grupo de edad que más accede a contenidos ilegales y compra productos falsificados. Además de ser los que más acceden a ellos a través de plataformas de streaming en internet que infringen el copyright. Queda aún mucho trabajo para las autoridades en este aspecto.