Los "copyright trolls" hacen un uso abusivo del derecho.
Hecha la ley, hecha la trampa, reza un conocido refrán. Pero esta es una nueva forma de aprovechar la ley para obtener beneficios indebidos. Se trata de los “copyright trolls”, despachos de abogados que se dedican a solicitar compensaciones económicas con base en la normativa de propiedad intelectual para evitar llegar a juicio.
Y el nombre que se han ganado, es porque su objetivo realmente no es proteger el interés de su tutelado en juicio o por un acuerdo, sino obtener una indemnización por conductas pasadas que, realmente, no perjudican de forma que se pueda cuantificar a sus defendidos. Lo que, en realidad, constituye un abuso del derecho.
En el caso que nos ocupa, hablamos de la persecución de quienes comparten y descargan películas y otros contenidos protegidos por derechos de autor. Estos estarían recibiendo reclamaciones de abogados poco escrupulosos, tras las que no habría ni siquiera una intención de llegar a juicio, solo buscando una indemnización para evitar el pleito. La finalidad, por tanto, es intimidatoria y pretende conseguir dinero de personas que, tras valorar y ponderar costes, entienden que dicha propuesta es la más económica. Inclusive, si creen que no han cometido ninguna infracción y el uso del contenido es legítimo, porque defenderse legalmente sería mucho más oneroso.
El caso de Telia
Un ejemplo de cómo operan, la tenemos en la noticia divulgada por TorrentFreak sobre un proveedor de servicios de internet que entregó información de sus usuarios a una firma de “copyright trolls”. Telia es el nombre de este proveedor sueco que entregó los datos personales de usuarios que usaban sistemas de torrents para compartir contenidos. Esto, pese a que existía una orden judicial que le negaba el acceso a parte de los datos personales cedidos a la firma en cuestión.
Esta es la razón por la cual este caso es especialmente sangrante. Porque la orden judicial autorizó solamente la entrega de parte de los datos solicitados sobre las pruebas que se tenían de IPs infractoras, pero en otros casos, la denegó. La intención de los copyright trolls era obtener las direcciones físicas o de correo electrónico, según los casos, para realizar las comunicaciones intimidatorias. Telia, por un supuesto error, habría procedido a entregar los datos de la totalidad de sus clientes que hubieran utilizado torrents.

Los problemas éticos con los “copyright trolls”
El caso, en concreto, plantea muchos problemas éticos y morales porque realmente hay que entender que la teoría del abuso del derecho es ética jurídica. Y, por tanto, no es que el autor no tenga derecho -que lo tiene- a actuar contra quienes infringen sus derechos de propiedad intelectual, incluso solicitándoles una indemnización, sino que abusa de este derecho. Estaría utilizándolo de una forma antisocial, sabiendo que las personas a las que se dirige son meros usuarios que apenas habrían causado un daño real. El daño emergente sería nulo y como mucho habría un lucro cesante de ínfima cuantía. Y un tribunal así lo habría establecido si realmente se planteara una demanda.
Pero, dentro de este discutible daño, los “copyright trolls” solicitan una indemnización porque se sabe que defenderse implica altos costes. Y que muchos sujetos aceptarán simplemente por temor a verse obligados a incurrir en estos costes, o por desconocimiento.
En el caso de Telia, existe por otra parte, un problema adicional sobre qué va a suceder con ella, porque su conducta generó una brecha de seguridad de datos personales. Los datos personales no sólo se han divulgado improcedentemente, sino que lo han hecho en una forma que va a causar probablemente un perjuicio inmediato a sus usuarios, conforme al modus operandi de estos “copyright trolls”. Y, por tanto, esta brecha de seguridad es especialmente grave.
Está por ver si la autoridad de control de privacidad sueca sancionará a Telia por estas conductas. Pero es de prever que un número relevante de sus usuarios y consumidores, a la vista de la laxa manera en que ha venido comunicando sus datos personales a quienes se lo requerían, abandonen esta compañía.